lunes, agosto 14, 2006


Me despierto temprano.
Me cambio.
Casi no cruzo palabra alguna con mi familia, salvo los típicos gritos a mi mamá: Y EL DESAYUNOOO? Y EL UNIFORME DEL COLEGIOOO? o a mi hermano: SALÍ DEL BAÑOOOO!! o quizás un: DAME PLATA a mi papá.
Sé que ellos odian que yo tenga ese desagradable mal humor a la mañana. Pero yo odio tener que compartir todos mis desayunos con ellos.
No tienen la culpa de nada, pero odio tener que hablar cuando me levanto.
En realidad, no es eso. Lo que pasa es que odio levantarme temprano o no dormir bien o simplemente, tener que cumplir algún horario. LO ODIO! En las vacaciones, me levantaba tranquila, hablaba con mi mamá, no jodía a nadie. Incluso los fines de semana pasa igual. Salvo los domingos, después de un mal sábado o incluso tmb cuando tuvo uno muy bueno.
Igualmente sé que no soy la única que odia abrir la boca (más allá de abrirla para la comida) al despertarse. ¿Será una maldición que tenemos que aguantar? En realidad, los demás tendrán que aguantar mi mal humor, yo sólo tendré que soportar que no paren de hablarme cuando me levanto =S

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